Learning sobre las guardias de pasillo y las cámaras de vigilancia
En la escuela nos dejaron entrar y molestar un rato. En un aula los críos se sentaban de a dos en cada silla. (Quiero decir que estaban sentados.) El borrador se sujetaba con un trapito que colgaba de la pared, junto a la pizarra. Estaba todo: el borrador, la chincheta y el trapo.
No sé de qué gilipollez me acordé y tuve que salir. Me puse las gafas en los ojos, pero no sirvió de nada porque lo que me estaba llorando era el ombligo, como suele ser habitual en estos casos.
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