26.12.08

Yo, Clitemnestra, os llamo desde el sueño.


Canvaas preparándose para el Etálida


Pido disculpas por la calidad de la foto. No tengo otra. No la repetí. No tenía manera de iluminar. (Ni de hacer posar a los actores). Estábamos en pleno ajetreo, en el estreno de la Orestiada.

Entonces maté a Agamenón. Tuve el placer.


¿Ha acaso luz más dulce
para una esposa, que abrir
las puertas de su morada
al esposo, a su regreso
de la guerra, cuando un dios
la vida le ha conservado?


Canvaas hizo un hermoso papel, a la Günter Brus.

Rajo la aorta con una cuchilla de afeitar.
Golpeo una tachuela de acero dentro de mi oreja.
Corto a lo largo de mi cabeza en dos mitades.



También empezaba cosas como ésta:

El olivar fue una vez un bosque verde.
Fue, amado, y el cielo
un bosque azul.
¿Qué los ha hecho cambiar esta tarde?
(...)
(De un poema de Mahmud Darwish.)



Corría el año 2001, si no lo anoté mal.

Miriño se nos hizo Apolo
con guantes blancos, bastón y pajarita.

Será la Navidad, que me toca estar de re-vivencias.
Será alguna asignatura de estética en que me dicen que reviva.
Me he dedicado a buscar los textos.
Y las fotos.


Otro día quizás pueda, además, contarles a ustedes algo.


"Los perdidos están por naturaleza perdidos..."
(De Artaud, que también tocaba.)


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